miércoles, 27 de enero de 2010

Hace más de 23 años que egresó la Promoción 1986 San Agustín de Iquitos

Hace más de veintitrés años, más de un centenar de alumnos terminó sus estudios secundarios en el colegio San Agustín de Iquitos, en Perú. Un grupo en el que me encontraba, y que decidió rendir especial homenaje a su santo mentor, San Agustín, nombrándolo en la denominación de su promoción, al conmemorarse un centenario más de su plena conversión.
Muchas cosas han pasado desde entonces; algunos nos hemos casado, otros se han divorciado, otros han vuelto a casarse, u otros han fallecido. Si bien algunos hemos regresado en algún momento a dicha ciudad, luego de terminar los estudios superiores, otros hemos vuelto a salir por uno u otro motivo; viviendo por tanto lejos de la que es, además, la principal ciudad de la Amazonía peruana.
Aunque muchos como yo, recordaran seguramente estas fechas, pues casi sin darnos cuenta, han transcurrido tres años y dos décadas que haber dejado de compartir experiencias, y adquirir conocimientos en un recinto escolar y en una época que serán irrepetibles en nuestras vidas.
Sacerdotes y profesores agustinianos. Su legado en Loreto
En unas aulas en las que por otro lado, no se oirán más voces como las de los padres Silvino Treceño Ríos, Maurilio Bernardo Paniagua o Laureano Andrés Fresno, personajes que de una u otra manera han dejado huellas en muchas generaciones de loretanos, y entre los que es posible incluir incluso a muchos de nuestros padres.
Cómo no recordar también a profesores como doña Margarita Tapullima, a don Juan Manuel Días Flores (papá de Leif E. Díaz A.), a don Severo Linares Prado, a don Víctor M. Velásquez Cárdenas, entre muchos otros; quienes con su peculiar manera y, a mi modo de ver, idónea de impartir clases nos dieron a la vez muchas lecciones de vida.
Remembranza de la revista de la promoción
Recuerdo por lo demás haber escrito un artículo en la revista institucional que la promoción publicó, titulada “El Perú a un Año del Cambio”, en el que hacía un breve comentario del poco más de un año de gobierno del entonces y actual Presidente Alan García Pérez.
Decía, en concreto, que a pesar de las buenas cosas que eran hasta entonces palpables, era prematuro hacer una evaluación objetiva; y lamentablemente, los hechos posteriores me dieron la razón. Por lo que ahora sólo espero hacerlo en el último año de su actual gestión, y ojalá con comentarios alentadores.
Seguir el legado de San Agustín
Considero finalmente oportuno esgrimir que sería apropiado recordar u homenajear a San Agustín, al tiempo que un año más de haber dejado las aulas, no sólo en campeonatos de fútbol que suelen organizarse a finales de año o durante las celebraciones por el aniversario del colegio los 28 de agosto, sino también en jornadas, coloquios, charlas, etc. que nos permita conocer y analizar los pormenores de su vida y conversión.
Su visión del mundo y de la vida en general impregnada en obras como Confesiones o La ciudad de Dios; y más todavía ahora, cuando parece escasear formación ética y moral en todo el mundo. Al final, es por eso que se conoce la vida de Agustín de Hipona, no por sus vivencias previas que muchos parecemos a veces querer imitar.

2 comentarios:

  1. Alguien tiene copia de la revista?... En mi caso fueron 11 años en el colegio y como olvidar la vez que nos hicieron aprender las maximas de San Agustin en la clase de Religion con Elvira Amaya...O las clases de Historia Universal con Yuyo... O las clases de Educacion Fisica en la tarde con Lolo o Eduardo Sanchez...Para luego jugarnos esos partidazos de fulbito en la parte de atras del Palacio de Justicia...Dicen que recordar es volver a vivir...Seria bueno tambien recordar a los amigos fallecidos y que se adelantaron en el viaje que todos hemos de emprender algun dia...Yo solo se que Miguel Angel Terrones fallecio y no se si alguien mas partio...Sigue asi Neil

    ResponderEliminar
  2. Juan Montoya Tello es otro amigo que nos dejó, creo que cuando estábamos en 3º de secundaria; hasta creo que hay otro de la sección "A", que no recuerdo su nombre. Será bueno recordarlos cuando celebremos los 25 años de haber dejar las aulas. Creo que en Iquitos conservo dos ejemplares de aquella revista.

    ResponderEliminar